viernes, 30 de noviembre de 2012


Tania Vázquez Aranda

509

Mi corazón despertó en desvarío

Y a la luz de su sombra  clama;

Para amar en una misma flama

Ya solo pide el soplo del estío.

 

Desterró tu suave mano el frío

Y pronto hallo cuerpo por mi alma;

Ya a esta brasa viva no la cama

Ni el dolor temprano ni el tardío.

 

Renazco fundido en dulce yunta,

Atizando un amor que ya no espera,

Mientras la razón sin razón apunta.

 

Desconoce mi cuerpo en esta brega,

El feroz abismo que tus labios junta,

Pues henchido de ti, a ti se entrega.

 

 

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