viernes, 30 de noviembre de 2012

HUERTA RAMIREZ DENISSE ALISON 509


ABELARDO Y ELOISA CARTA

Hace algún tiempo que la casualidad me trajo una carta que a un amigo tuyo encaminabas. Luego que conocí la letra la abrí, disculpando mi satisfacción el exclusivo derecho que en mi lisonja creo tener a cuando a ti pertenece o de ti sale. Pero bien cafre pago mi curiosidad,  y Bering lágrimas, me cuesta; que solo hallo en ella una circunstanciada relación de nuestros tráficos sucesos. Con moviese excesivamente mi espíritu, y apréciame superfluo hablar allí (para consolar a tu amigo de alguna pequeña desgracia) de nuestros infortunios. ¡Que reflexiones hizo! Ya el tiempo borrabas en algún modo de mi memoria lo acerbo de nuestras penas, y habiéndolas visto escritas de la mano, las sentí en lo íntimo de mi corazón. Represándose de nuevo a mi imaginación cuanto por mi haz sufrido: cuantos envidiosos te han granjeado tú merito…en fin, mi memoria nada Perdomo del amargo recuerdo de nuestras desdichas.

La relación que haces a tu amigo está escrita con tanta energía y sencillez, que ha faltado poco al leerla para ahogarse de dolor; y hubiera tenido gusto en volverla borrada con lagrimas, si  hubieran tardado más en arrancaría de mis manos.

No dejes por eso de escribimos fielmente cuando lo suceda, por triste y doloroso que sea: que si es verdad que la apenas comunicadas se alivian, me, las tu ya te serán menos pesadas. No te sirve disculpa querer escuchar mi llanto, porque tu silencio me seria mucho más costoso aun. Acuérdate de mío; no olvides mi ternura ni me felicidad: piensa que te amo frentalmente, aunque me esfuerzo algunas voces para no arte. Más, ¡que blasfemia! ¡No marte! Esta idea me estremezco; me siento con deseo de borrarla de papel… en fon, concluye, esta carta, Abelardo mío, diciéndote adiós, tu…Eloísa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario